La Revolución Sexual comenzó el viernes 16 de noviembre a las 23:30 en la sala El Sol de la calle Jardines de Madrid. La Casa Azul llegó, tocó y venció. Con un público totalmente entregado que abarrotó la sala (las entradas estaban agotadas desde hace días), una selección de temas muy apropiada y unas pantallas con los mejores visuales que se han visto en este país, Guille Milkyway dejó claro que lo suyo es un fenómeno.
El público, de lo más dispar (desde pijas con perlas, a indies, pasando por fotologueros y modernas), coreaba al unísono las letras del último disco de La Casa Azul más algunos hits de discos anteriores ( “Como un fan”, “Superguay”, “Chicle Cosmos”, “Cerca de Shibuya”) con auténtica devoción y locura colectiva.
Un concierto mágico, una noche redonda, el comienzo de una leyenda, que por fin, parece que saldrá del ámbito indie en el que se mueve en este país y en el que nunca debió estar. Y es que como dijo Guille, el Gobierno no va mal.
El público, de lo más dispar (desde pijas con perlas, a indies, pasando por fotologueros y modernas), coreaba al unísono las letras del último disco de La Casa Azul más algunos hits de discos anteriores ( “Como un fan”, “Superguay”, “Chicle Cosmos”, “Cerca de Shibuya”) con auténtica devoción y locura colectiva.
Un concierto mágico, una noche redonda, el comienzo de una leyenda, que por fin, parece que saldrá del ámbito indie en el que se mueve en este país y en el que nunca debió estar. Y es que como dijo Guille, el Gobierno no va mal.